martes, 21 de septiembre de 2010

EL VERDADERO PERIODISTA


El Ecuador en los actuales momentos está en plena zona de revolución ciudadana, claro que comparando con otras administradores del país en este hay justicia social que tanto a reclamado el pueblo ecuatoriano.

La comunicación es una herramienta comunicacional indispensable para el engrandecimiento de los pueblos, sigue una visión y misión de progreso organizativo, dinámico, que cuyo fin es de expresar lo que sentimos. Pero este camino nos conlleva a superar aquellos paradigmas pragmáticos que nos conducen a una proyección nefasta para cumplir nuestro ideal. Específicamente el periodista debe seguir y escoger una guía de la profesión como tal que se manifiesta en las siguientes pautas que se deben cumplir:
El periodista tiene la verdad como norma irrenunciable, y como profesional está obligado a actuar de manera que este principio sea compartido y aceptado por todos. Ningún hecho deberá ser falseado y ningún hecho esencial deberá ser deliberadamente omitido.
El periodista se debe fundamentalmente al pueblo, el cual tiene derecho a recibir información veraz, oportuna e integral a través de los medios de comunicación social.
El periodista no deberá deformar, falsear, alterar, tergiversar o elaborar material informativo impreso o audiovisual, cuya divulgación o publicación resulte denigrante o humillante para la condición humana. Es condenable el uso de técnicas amarillistas como deformaciones del periodismo que afectan el derecho del pueblo a ser correctamente informado.
El periodista comete falta grave cuando comunica de mala fe acusaciones sin pruebas o ataques injustificados a la dignidad, honor o prestigio de personas, instituciones o agrupaciones.
El periodista rechazará donaciones o contribuciones de origen público o privado, dirigidas a interferir o influenciar su labor informativa. La búsqueda de ventajas personales, en perjuicio del interés colectivo, es incompatible con el ejercicio del periodismo.
El periodista está obligado a fortalecer el espíritu de fraternidad, consideración y respeto mutuo que enaltece la profesión. No deberá promover el descrédito, ni atribuir intereses o propósitos que perjudiquen moral o materialmente a otros colegas.
El periodista rechazará de quienes ejerzan cargos o funciones de directivos empresariales, presiones que le induzcan a transgredir el Código de Ética ni cualesquiera otras disposiciones que emanen de los órganos del Colegio Nacional de Periodistas o de las leyes de la República.
El periodista tiene el deber insoslayable de defender la Soberanía Nacional y la integridad territorial. En consecuencia, debe contribuir con su acción gremial en está patriótica tarea, oponiéndose a toda prédica o campaña que contraríe el interés nacional, así como la paz y la amistad entre los pueblos.
El periodista debe exigir del Estado la aprobación de una legislación que lo proteja contra los efectos del monopolio u oligopolio de los medios de comunicación social.